lunes, 3 de julio de 2017

Las armas robadas en Portugal aumentan exponencialmente la amenaza terrorista


El pasado viernes conocimos que el jueves se había producido un robo de armamento en el arsenal del ejercito portugués situado en Tancos. La noticia, de por si grave por producirse en una instalación militar que se supone bien vigilada, se ha agravado cuando por el español hemos conocido la relación de armamento sustraído.

De entre todos ellos destacan por la seria amenaza que suponen los 44 lanzadores antitanque M72 LAW.

El M72 LAW (por sus siglas en inglés: Light Anti-armor Weapon o Light Anti-tank Weapon) es un lanzacohetes antitanque de 66 mm, descartable y de un solo disparo, diseñado en los Estados Unidos.

En 1963 el M72 LAW fue adoptado como el arma antitanque principal del Ejército de los Estados Unidos y del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos reemplazando a la Bazooka.

Este tipo de arma consiste en un cohete contenido dentro de un tubo doble, uno interno y otro externo, que actúan como el lanzador. El tubo externo protege herméticamente del exterior al cohete y el mecanismo de disparo; además, es donde se encuentran el gatillo, el alza y el punto de mira. El tubo interno contiene el percutor y es extendido desde el tubo exterior cuando se va a disparar, alargando el arma. Una vez que esta acción se ha llevado a cabo, el lanzacohetes pierde sus propiedades herméticas y ya no es a prueba de agua, aunque se devuelva a su posición original.

Al disparar, no hay un empuje significativo hacia atrás. Una vez fuera del tubo, el proyectil extiende seis aletas por la parte trasera para estabilizarse durante el vuelo. Una vez disparado, el M72 ya no es útil y puede ser desechado.

Su peligrosidad radica en que es fácilmente ocultable, de fácil manejo, portable por un solo individuo, siendo capaz de penetrar cualquier blindaje de los vehículos especiales de nuestros cuerpos de seguridad, Policía y Guardia Civil, y de los coches blindados de nuestras autoridades además de penetrar sin dificultad paredes cualquier edificación que no sea un bunker.

Por ello la amenaza ha aumentado muy considerablemente contra cualquier autoridad que no estará salvaguardado por el blindaje de su coche, medios de transporte colectivo como autobuses, trenes, etc.  o reuniones de ciudadanos en edificios o instalaciones con escasa protección.

Aparte supone dotar a los terroristas de unos medios de los que antes carecían, acostumbrados como estábamos a explosiones o ametrallamiento tendremos que convivir mientras los encuentran, esperemos que sí, con una amenaza que a lo mejor justificaría el elevar el nivel de alerta. Seguro que de ello se habla y mucho en la reunión que en el día de hoy está teniendo lugar en Sevilla entre los responsables de Interior de España, Portugal, Francia y Marruecos.

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