El pasado viernes conocimos que el jueves se había producido un robo de
armamento en el arsenal del ejercito portugués situado en Tancos. La noticia,
de por si grave por producirse en una instalación militar que se supone bien
vigilada, se ha agravado cuando por el español
hemos conocido la relación de armamento sustraído.
De entre todos ellos destacan por la seria amenaza que suponen los 44
lanzadores antitanque M72 LAW.
El M72 LAW (por sus siglas
en inglés: Light Anti-armor Weapon o Light Anti-tank Weapon) es
un lanzacohetes antitanque de 66 mm, descartable y de un solo disparo, diseñado
en los Estados Unidos.
En 1963 el M72 LAW fue adoptado
como el arma antitanque principal del Ejército de los Estados Unidos y del Cuerpo
de Marines de los Estados Unidos reemplazando a la Bazooka.
Este tipo de arma consiste en un
cohete contenido dentro de un tubo doble, uno interno y otro externo, que
actúan como el lanzador. El tubo externo protege herméticamente del exterior al
cohete y el mecanismo de disparo; además, es donde se encuentran el gatillo, el
alza y el punto de mira. El tubo interno contiene el percutor y es extendido
desde el tubo exterior cuando se va a disparar, alargando el arma. Una vez que
esta acción se ha llevado a cabo, el lanzacohetes pierde sus propiedades
herméticas y ya no es a prueba de agua, aunque se devuelva a su posición
original.
Al disparar, no hay un empuje
significativo hacia atrás. Una vez fuera del tubo, el proyectil extiende seis
aletas por la parte trasera para estabilizarse durante el vuelo. Una vez
disparado, el M72 ya no es útil y puede ser desechado.
Su peligrosidad radica en que es fácilmente
ocultable, de fácil manejo, portable por un solo individuo, siendo capaz de
penetrar cualquier blindaje de los vehículos especiales de nuestros cuerpos de
seguridad, Policía y Guardia Civil, y de los coches blindados de nuestras
autoridades además de penetrar sin dificultad paredes cualquier edificación que
no sea un bunker.
Por ello la amenaza ha aumentado
muy considerablemente contra cualquier autoridad que no estará salvaguardado
por el blindaje de su coche, medios de transporte colectivo como autobuses,
trenes, etc. o reuniones de ciudadanos
en edificios o instalaciones con escasa protección.
Aparte supone dotar a los
terroristas de unos medios de los que antes carecían, acostumbrados como estábamos
a explosiones o ametrallamiento tendremos que convivir mientras los encuentran,
esperemos que sí, con una amenaza que a lo mejor justificaría el elevar el
nivel de alerta. Seguro que de ello se habla y mucho en la reunión que en el
día de hoy está teniendo lugar en Sevilla entre los responsables de Interior de
España, Portugal, Francia y Marruecos.
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