Pues sí, a pesar de mi muy reconocida admiración por el
expresidente del Gobierno José María Aznar, hay que reconocer que tiene buena
parte de culpa del bochorno del rechazo por una panda de zoquetes que se dicen
hinchas del Rayo Vallecano al futbolista ucraniano Zozulya.
Y es que desde que Aznar elimino la “mili” obligatoria, las
madres ya no ponen la foto de sus hijos jurando bandera sobre el televisor,
claro que hoy con las pantallas planas sería un ejercicio de equilibrismo
imposible.
¿Se acuerdan Uds.? Con el uniforme planchado, la gorra en la
mano y en la otra el CETME mientras el mando nos aproximaba la bandera para
besarla. Esa imagen, en algunas casas hasta la muñequita vestida de soldado,
formaba parte del imaginario colectivo de las generaciones de españoles que
pasamos de los cuarenta y por esos no nos produce ningún rechazo ver a un tío
fotografiado con un mosquetón, vestido de uniforme y la bandera de su país al
fondo.
Pero claro, para esta generación de inanaes que se ha criado en
el flower power esa imagen solo las asocian con las que, en la soledad
de su cuarto o en la última fila de la clase, vuelcan en sus videojuegos favoritos
donde descargan su menguante testosterona.
Frente a este comportamiento, el ejemplar comportamiento de la plantilla del Betis, con su capitán Joaquín a la cabeza, nos resarce de la verdadera
dimensión de la naturaleza humana , lo que nos hace concebir esperanzas
de que todo no está perdido.
Señores Bukaneros ¡más libros y menos Playstation!
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