martes, 28 de junio de 2016

"A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada" Winston Churchill


Estos días la figura de Cameron anda de capa caída pero he recordado como siguió a Churchill cuando contestando a  los periodistas  tras sus primeras elecciones en las que necesito  del apoyo de los Liberales de Nick Clegg les dijo “Si, me he tenido que comer mis palabras pero las he encontrado hasta digestivas”.

Y todo porque durante la campaña había negado la posibilidad de coaligarse y naturalmente había descalificado a sus oponentes, incluido Clegg, como incapaces de asumir el cargo de Primer Ministro.

Y conviene recordar estas cosas cuando desde el 26J  vemos a Pedro Sánchez y Albert Rivera enrocados en su NO a Rajoy porque así lo han mantenido desde la campaña electoral del 20D.

Lo lógico en una campaña es destacar las virtudes propias y los defectos ajenos. Es más, la legitima aspiración de cada candidato es la de ganar las elecciones por mayoría y gobernar en solitario para aplicar su programa. Y esto está bien hasta el momento posterior al recuento de las papeletas y proclamación de los resultados.

Desde ese momento lo que importa es la realidad, la posición en que los votos han puesto a cada uno y sacar adelante el gobierno de España. Un poquito de pragmatismo, que tanto envidiamos de Europa y que tanto nos negamos a aplicarnos a nosotros mismos.

Por eso estaría bien que desde los españoles y los medios de comunicación se trasladara esta realidad a los partidos y a sus líderes de manera que no se vean maniatados por sus anteriores afirmaciones y de una vez la política sea la búsqueda del bien común, con las necesarias cesiones de aquel que liderara el gobierno.

Si hace más de 60 años ya lo decía un señor como Churchill que ha pasado a la historia como un estadista ¿Por qué no se aplican el cuento estos señores?

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