El pasado viernes se encontraron
Rajoy y Sánchez. Digo bien, se encontraron, pues lo que hicieron no merece el
calificativo de reunión, que es lo que tenía que haberse producido.
Ambos dieron una imagen
lamentable más propia de un patio de colegio que de los cabezas de los partidos
más importantes y votados de España.
El uno, Sánchez, convocando al
otro, Rajoy, para cubrir el expediente. Dispuesto a no ofrecerle ni pedirle
nada, ni siquiera dispuesto a oírle. El otro, Rajoy, en plan novia ofendida negándole
el saludo a Sánchez como si con ello arreglara algo y solo dispuesto a hablar
de su libro.
En el tiempo transcurrido desde las
elecciones del 20 de Diciembre ninguno de ellos ha estado a la altura.
Sánchez, después de cosechar el
peor resultado del PSOE, poniéndose” divino de la muerte” y negando de plano
cualquier posibilidad de acuerdo con el PP. Por su parte Rajoy, sin tratar de
hablar y acordar con Ciudadanos o PSOE, esperando que la presidencia del
gobierno le cayera por fuerza del “mal menor” y desperdiciando los balones que
le centraba Ciudadanos haciéndose como el que no se enteraba o necesitara de
ellos.
A mí, y creo que a muchos
españoles, nos importa un pimiento si se llevan mal o bien, si entre ellos
existe o no empatía, lo que de siempre ha sido llevarse bien.
Millones de españoles tenemos que
trabajar y tratar a diario con verdaderos capullos y nos aguantamos porque nos
ha tocado así y no hay más remedio. Hacemos nuestro trabajo, cumplimos y cuando
llega la hora de echar el cierre si te he visto no me acuerdo y hasta mañana
que será otro día.
Pero eso que es lo que podemos hacer
Ud. o yo. A dos candidatos a Presidente del Gobierno de España hay que
exigirles algo más.
Lo primero, asumir la realidad de
los números. Y es que salvo alianzas imposibles (con separatistas, populistas y
demás ralea) formar un gobierno es imposible. Una vez que se llega a esa
conclusión lo evidente es la necesidad de llegar a un acuerdo.
Lo segundo, y primero en
importancia, es darse cuenta de que representa el interés general, que nada
tiene que ver con lo que a uno u otro le pueda gustar más. Y el interés general
es el de no desbaratar lo que hasta ahora y desde 1978 llevamos hecho y sembrar
un futuro en común para los españoles durante los próximos 20 años en temas
como la educación, la justicia, el empleo y las relaciones exteriores de
España.
Llegados a este punto si estos
señores, Rajoy y Sánchez, no son capaces de entenderlo y llevarlo a cabo lo
mejor es que se aparten y den paso a quienes puedan llevarlo a cabo dentro de
su partido uniendo en ese empeño a Ciudadanos.
Por eso y como ya dijo Lola
Flores ¡Si me queréis, IRSE!,
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