Tras el 9N, la Diada, el 27S uno
esperaba un poco de dignidad y coherencia de quienes llamaban a la revolución y
a la secesión desde los balcones de las instituciones.
Pero está visto que no, quedan
muy pocos con el espíritu de Méndez Núñez con su “Más vale honra sin buques...”
y prefieren ponerse de canto y “hacerse el tonto” antes que afrontar una
condena penal por defender sus ideales “dame pan y llámame tonto” que diría alguno.
Es esta clase de políticos los
que embarcan a pueblos enteros en planes descabellados de los que solo
pretenden salir reforzados
institucional, judicial y económicamente como Mas que sabe que si no sigue de
Presidente autonómico su amigo Grifols le tiene un puesto muy bien remunerado
en Canadá ¿Y los demás? Ahí se pudran.
Perdida la dignidad solo les queda hacer el ridículo.
Da pena.
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