Quienes como
Podemos y Ciudadanos se presentaron como un cambio radical están cayendo en los
mismos vicios de los que les precedieron.
Pactos de
despacho, comidas en reservados, pactos anti y pelea por los puestos de Alcalde
o Presidente de Comunidad. La condición humana es así e ingenuo el que crea que
la puede cambiar.
Pero si es
cierto que es difícil cambiar la condición humana no lo es tanto cambiar las
reglas y con ello evitarnos este bochornoso espectáculo y dejar en manos de los
ciudadanos la formación de mayorías estables.
Y la respuesta
no es otra que la “segunda vuelta”. Se vota y si ninguno de los candidatos
logra la mayoría absoluta se vota de nuevo entre los dos candidatos más
votados.
Así y solo así
se le devuelve al ciudadano su papel predominante en la formación de mayorías alejándolo
de pactos que pueden responder más a intereses particulares que a la defensa
del interés común.
Solo hay que
ver lo poco o nada que los “partidos bisagra” se acuerdan de esta solución
cuando pueden forzar concesiones por la fuerza de sus votos que no representan
a la mayoría.
La imagen que ilustra este comentario puede trasladarse a cualquier otro candidato o formación política.
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