lunes, 12 de mayo de 2014

La reforma de la ley del aborto. Un debate condicionado por la elección del campo de juego. Los proabortistas han elegido bien y parten con ventaja.

No hay que irse a Sun Tzu para saber que las batallas empiezan a ganarse cuando se dan en el terreno  que tú elijas y no en el que te impone el adversario.

Pues bien el gobierno del PP, el ministro de Justicia, ha comenzado a perder ese debate desde el momento en que ha aceptado darlo en el campo que ha elegido el PSOE.

¿Y cómo es esto? El PSOE ha planteado la reforma como una restricción sobre una situación anterior, su ley de plazos. Y toda restricción, recorte, pone al que lo plantea en una postura negativa ante la población y el electorado.
Sin embargo parte de una premisa que no es verdad. El PSOE e IU lo ocultan premeditadamente y el PP no lo ha sabido plantear.

La verdadera cuestión es que en España es facilísimo evitar un embarazo no deseado y por ello no hay que llegar al aborto, a truncar una vida, para evitar esta situación.
En España está al alcance de cualquiera el conseguir un medio anticonceptivo, píldora., preservativo, DIU, píldora del día después, sin que la minoría de edad, ni el coste de dichos medios, sea un obstáculo para ello. Durante años las autoridades sanitarias, los medios de comunicación han divulgado hasta la extenuación campañas como el “póntelo, pónselo”,  han puesto en marcha una extensa red de planificación familiar y campañas divulgativas en colegios e institutos con lo que tampoco puede argumentarse desconocimiento alguno sobre las posibilidades al alcance de cualquiera.

Es por ello que haría bien el ministro de Justicia, el Gobierno en su conjunto, en insistir en esta realidad y que consecuente con ella se restringen las situaciones de afrontar un aborto, truncar una vida, a aquellas avaladas con una mínima razón ética, el peligro para la vida del feto, de su madre u otras de similar índole.
Con ello además se desenmascara a quienes al amparo del simplista eslogan “nosotras parimos, nosotras decidimos” trivializan un acto trascendente que afecta a un tercero indefenso, el concebido, que en todo caso y como señala nuestro Código Civil se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables, el primero de los cuales sin duda es su derecho a la vida.

 

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